viernes, septiembre 15, 2006

Las incoherencias vaticanas...

No hay duda de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.

Lo más increíble es que los hombres que se supondría deben de ser los más coherentes y diplomáticos, son los primeros que muestran su odio y desprecio hacia los demás por ser diferentes a ellos.

Este es el caso del Papa Benedicto XVI (mejor conocido como Ratzinger), quien en los últimos días realizó declaraciones que además de demostrar su intolerancia, dejan entrever su ignorancia y estupidez.

Figurense que se atrevió a decir que el Dios Cristiano es superior al Dios Musulmán, alegando que esto se debe a que el dios cristiano es humano y el musulmán es un ser trascendente. Claro que se le olvidó decir que ne la Biblia, Yahvéh (el Dios cristiano) no tiene figura humana, sólamente aparece como un arbusto en llamas. Además prohibe las representaciones de su figura, algo que la iglesia católica ha desdeñado aun estando en sus escrituras sagradas.

Además, todos aquello que han estudiado teología saben que hacer representaciones antropomorfas de Dios no es más que una proyección, ya que para hacer más comprensible la realidad divina se le dota de atributos humanos y así se elimina cualquier intento de entendimiento de un poder superior desconocido, dotándosele de emociones y rasgos humanos conocidos y que resultan más confortables para nosotros.

Para acabarla de fregar, el Papa atribuyó la violencia de algunos grupos extremistas árabes a esta diferencia entre los "Dioses", sin mencionar jamás que esos grupos también son condenados por el mundo musulmán. Lo más importante es que nunca menciona tampoco que el término "fundamentalista" se creo para designar a grupos cristianos en los Estados Unidos que mezclaban religión y violencia en sus doctrinas.

Lo peor es que declaraciones de ese tipo sólamente crean un clima de odio entre las dos más grandes religiones del mundo, algo que en todo momento evitó el anterior Papa Juan Pablo II, quien siempre buscó ser un mediador entre las distintas posturas teológicas, fomentó el diálogo interreligioso y trató de nunca herir las susceptibilidades de otras culturas.

Mientras no nos demos cuenta de que no hay "Dioses superiores ni inferiores", sino que sólamente existe uno al que todos le rezamos no podremos superar estas diferencias. Dios es uno, los caminos para acercarse a Él son varios y están determinados por la cultura en que se desarrolló cada vía espiritual.

A fin de cuentas, la vida es como una rueda de bicicleta en la que el rin es la representación de las normas morales de cada tradición y los rayos son cada uno de los distintos caminos espirituales que existen y que todos nos llevan al centro de la rueda, que es Dios.

Es Cuanto.