jueves, febrero 07, 2008

Esa bendita manía de tener himnos personales...

A lo largo de mi vida he tenido una extraña obsesión, la de reflejar mi situación de vida en canciones, haciendo constar que no le cobré regalías a TV Azteca por “La vida en una canción”.


“Nunca he conocido una amor tan veloz…”

Uno de los recuerdos más antiguos que tengo es uno de cuando estudiaba el kinder. Recuerdo que estaba en el patio, jugando con mis amigos y en la música ambiental sonaba la canción “Súbete a mi moto” de Menudo. Mientras la escuchaba, voltee y vi a un grupo de muchachos, yo me imagino que eran de primaria, pero yo los veía muy grandes en ese entonces, que cantaban esa canción. Yo me los imaginaba con sus motos, con una muchacha atrás, manejando por la ciudad. Era una imagen que me fascinaba, así que por mucho tiempo recordé esa canción que se convirtió en mi primer himno personal.


“Sombras y figuras…”

Unos años más tarde, en aquel tiempo en que existían los casettes y lo máximo era traer un walkman, un día conseguí una cinta que tenía otra canción de Menudo que me encantó: Gafas obscuras. Desde ahí empecé a utilizar lentes de sol cada que podía par verme “cool”. Supongo que por eso se me quedó la costumbre.


“Seguro que han oído, que yo soy educado…”

Otra canción que hizo gran impacto en mi mente, según recuerdo en quinto de primaria, fue la de “Rico, Suave” de Gerardo. La sensualidad de la canción y su profunda letra hicieron mella en mi inconsciente, haciéndome un gran adicto a las mujeres. La gran desilusión vino hace poco tiempo al buscar canciones de él en YouTube y descubrir que ahora es un rapero cristiano.


“I don’t sweat Ander preassure ‘cause I’m cool as ice…”

Empezaba la secundaria y recuerdo que el rap estaba en boga, y entonces apareció “Cool as Ice”, la única película filmada por Vanilla Ice. Su estilo me encantaba así que trataba de imitar como vestía, como bailaba y su forma de ser, así que cuando vi la película, me di a la tarea de aprenderme todas las canciones. En ese momento escogí como parte de mi la canción tema de la película, cantada por Vanilla y Naomi Campbell. Con esa canción viví por muchos años, así como con la manía de utilizar la gorra hacia atrás.


“No se si te acordarás de mi, yo era aquel enano que te hacía reír…”

Ya en la universidad, descubrí una canción o tan conocida de los Hombres G: La cagaste Burt Lancaster. Eso era lo que estaba buscando, una canción con fuerza, pretensión, divertida, en verdad era para mí. Es algo que define mi personalidad. Ni si quiera yo puedo resistirme a una canción que habla de un enano resentido con Burt por robarle su papel cinematográfico y a las mujeres.


“Se apareció desde Brasil…”

La última canción que encontré y se volvió representativa de mi apareció sin querer. Una amiga me la presentó y desde ahí me prendí de ella. Es de Café Quijano y se llama “Desde Brasil”. Fue lo que encontré que representaba en lo que me convertí en los últimos años, después de salir de la universidad. Sin duda me reflejé en ella, a fin de cuentas, pendenciero y mujeriego lo seré hasta que me muera…