jueves, mayo 28, 2009

Esa actitud maldita...

El otro día, mientras estaba en una actividad recreativa mal llamada Carne Asada (por cierto, muy popular en Chihuahua), veíamos como todos unos buenos especímenes de hombre el futbol: Puebla vs Pumas. Sin embargo, al preguntarle a un señor de edad avanzada, aproximadamente de 60 años, a que equipo le iba, mi mente no pudo evitar el divagar hacia otras latitudes lejanas de la esférica pelota de soccer.

Ustedes se preguntarán: ¿pues qué respondió el señor? Dijo algo muy doloroso, que yo considero que es el lastre más grande de la cultura mexicana. Respondió: “Le voy al Puebla, porque siempre hay que irle a los débiles…”

En ese momento trague saliva. A mi memoria acudieron varios eventos como aquel mundial de Estados Unidos 94, en el que Brasil se levantó como campeón venciendo a Italia. Recordé que después del partido una de mis primas me dijo “ojalá hubiera sido campeón Italia, porque pobrecitos, mira como están llorando…” También, recordé a mi profesor de Psicología del Mexicano en la universidad que nos repetía mucho una frase que se me quedó muy grabada: los mexicanos SIEMPRE se identifican con los perdedores y los débiles.

En esos días, esa revelación le pareció escandalosa a la mayoría de los que asistíamos a su clase (una mezcla de comunicólogos y psicólogos). Sin embargo, al pasar los días y revisar la literatura relativa al tema, encontramos la confirmación de esa terrible verdad.

Históricamente, a los mexicanos nos ha tocado perder: fuimos colonizados, nos arrancaron nuestra religión original, perdimos territorio, y nuestra selección de futbol no le gana ni a Guatemala, entre muchas otras situaciones (Mauro Rodríguez habla de 9 traumas históricos del mexicano, pero mejor busquen el libro “Psicología del Mexicano en el Trabajo” y léanlo).

Además recuerdo como me impresionó un estudio elaborado por Rogelio Díaz Guerrero en donde mostraba que los mexicanos le tenemos más respeto a los indigentes que a la gente rica.

¿Será eso posible? Sólo hay que recordar como siempre le buscamos defectos a la gente exitosa, como nuestros héroes nacionales no son los fundadores y colonizadores de nuestras ciudades sino los que se rebelan en contra del orden establecido o como criticamos sin piedad a quien se atreve a hacer algo mejor que nosotros. El resentimiento social es una de nuestras cualidades: odiar al que tiene por tener más que nosotros, pero internamente siempre desear ser como él.

Sin embargo, no podemos ser siempre así, tenemos que aprender a ganar, a enfocarnos en nuestros objetivos, a alcanzar metas. Es necesario que dejemos de echarle la culpa a los demás de lo que nos sucede: ni nuestros problemas son generados por los Estados Unidos, ni por el Gobierno, ni por los ricos explotadores. Todo el problema lo tenemos en nuestra cabeza, en nuestros pensamientos que se niegan a pensar en grande y a disciplinarnos para tratar de alcanzar nuestros sueños…

domingo, mayo 17, 2009

La responsabilidad de los profesionistas...

Desempleo. Según las últimas cifras reportadas por el gobierno, en el último año se han perdido aproximadamente 430,000 empleos en el país. Además, se considera que el nivel de la industria mexicana se ha contrído a niveles de hace 10 años. Esto no parece nada halagador para nuestro país ni nos augura un buen futuro.


Sin embargo, a pesar de lo pesimista que esto suene, yo considero que existe una solución: que los profesionistas del país aceptemos nuestra responsabilidad social. Permítanme explicar.


En el país somos aproximadamente 103 millones de personas. De estas, aproximadamente 5 millones somos profesionistas. Es decir, casi el 5% de la población tiene estudios a nivel superior, considerándose la más preparada intelectualmente (aunque muchas veces lo dudo con cada profesionista que uno conoce...).

A mi parecer, precisamente por ser la población más preparada, la mayor responsabilidad debe de recaer sobre nosotros. ¿Y cuál es esta responsabilidad? GENERAR EMPLEOS.

Lamentablemente la mayor parte de egresados de una carrera profesional en lo único que piensa es en obtener un empleo que le solucione sus necesidades económicas y que le brinde prestaciones. A pesar de que muchas universidades (cuando menos las más importantes del país) se han preocupado por introducir materias que inpulsen el espíritu emprendedor de sus alumnos, la gran mayoría de los proyectos que generan son tirados a la basura por los estudiantes porque solo los hacen para "pasar la materia", en lugar de considerarlo una oportunidad seria de comenzar un negocio.

Esto da como resultado gente que tiene preparación para tener un negocio y que no lo tiene, y gente sin la preparación para tener un negocio que si lo tiene. ¿De quién es la culpa? De nosotros, los profesionistas...

Si cada uno de los profesionistas que hay en el país generara una empresa con 10 empleados, daría como resultado el tener 50 millones de empleos, suficientes (incluso en exceso) para nuestra población. Además, hay que considerar que absolutamente todas las carreras profesionales brindan oportunidades de negocio, sólo hay que buscarlas. La falta de dinero no es más que una excusa para la falta de creatividad y empuje.

¿Quien es el primero que dice YO?

lunes, mayo 04, 2009

Sano esparcimiento..

Meditando sobre algunos temas no productivos, como cuándo será le fecha en que Michael Jackson se quede sin nariz, terminé pensando en como han avanzado los rituales humanos de diversión.

Una de las actividades fundamentales de la humanidad es el esparcimiento, incluso se han encontrado vestigios de instrumentos musicales de los primeros grupos humanos de los que se tiene registro, por lo que podemos imaginarlos bailando alrededor de una fogata algo similar a la cumbia (quizás por eso no me gusta, porque es para gente primitiva).

Curiosamente, a lo largo de mi razonamiento, me di cuenta de que una de las actividades que más tiempo ha sido utilizada para entretener a la gente es la muerte. Si, así como se escucha. Sólamente hay que recordar el circo romano, enfocado a mostrar a personas luchando entre si hasta matarse o en contra de animales que los despedazaban. Es más, para ello se construyó un estadio probablemente más grande que el estadio del Necaxa (y probablemente tenía más público asistente).

Además, durante la edad media y todavía más adelante, era normal que parte de las actividades familiares consistieran en ir a ver las ejecuciones con guillotina o ahorcados que se hacían en la plaza pública. Incluso, para aumentar la diversión era factible llevar vegetales para aventárselos en la hora final al ejecutado.

Después de meditar esto, realmente agradecí que ahora podemos ir al cine o a tomar café. Es cuanto.