lunes, octubre 23, 2006

Más allá del bien y del mal (o ¿por qué la lucha libre es tan popular?)

El viernes pasado acudí a un lugar que nunca antes había entrado en mi vida: La Arena México. Y no lo puedo negar, lo disfrute mucho.

Si bien de niño fui fan de la lucha libre, nunca había visto una pelea que no fuera en la TV. Aun así, me encantaba ver la espectacularidad, los lances, las llaves y toda aquella parafernalia que ha provocado que la lucha libre sea un evento hiperpopular en nuestro país.

Ahora, a los 27 años, al fin he comprendido el porque de esa fascinación del mexicano por las luchas. Tuve que terminar una licenciatura en Psicología, leer muchos libros y analizar los fenómenos sociales a mi alrededor para poder entenderlo.

Al estar observando el comportamiento de la gente dentro de la arena, pude notar el claro favoritismo de las personas hacia los luchadores técnicos y el odio que la mayoría muestra hacia el bando rudo. Claro que eso es algo de esperarse. Todo se remonta a formas arquetípicas de pensamiento. Voy a aclarar.

Según yo y mi maravilloso mundo imaginario, la lucha libre es una representación del bien y del mal, en el que los técnicos (una legión "celestial"), se enfrentan a los rudos (la legión "infernal"). Es decir el bien y el mal cara a cara.

Cuando los rudos-malos ganan, toda la afición los abuchea e insulta. En cambio, cuando los técnicos-buenos ganan todos aplauden y se alegran. Incluso se puede observar como disfrutan cuando uno de los luchadores rudos finge tener miedo de uno de los técnicos, y como sufren cuando un técnico es apaleado por varios rudos al mismo tiempo.

Internamente, todos quieren que gane el "bien" y sea aplastado el "mal", ya que fuimos criados con esa concepción maniquea del mundo. A fin de cuentas, según mis propias observaciones y la psicología humanística, todos tenemos una tendencia a hacer el bien, aunque hay sus excepciones.

Esta representación también se nota en los luchadores que son más populares: El Santo, Blue Demon, Los Espectros, El Satánico, Blue Panther, Místico... Cada uno en su tiemp ha causado sensación.

En este mmento me voy a referir a éste último: Místico, el príncipe de plata y oro. Su principal atractivo son sus lances espectaculares, lo que lo ha llevado a ser el luchador más popular del momento. Sin embargo, si uno hace un análisis más profundo de Místico, descubrimos que su máscara es una representacíon del Espíritu Santo católico, o sea una paloma con rayos de sol emanando de ella. Ustedes dirán si no es realmente emblemática de la idiosincrasia mexicana.

Para mi, más alla del show y las coreografías perfectas que hacen (si, porque todo es una gran coreografía), representa el momento perfecto para analizar a los asistentes, ya que es uno de los momentos más íntimos de contacto emocional y espiritual que he podido observar. La gente se vuelve más religiosa (probablemente Místico ha realizado más evangelizaciones que todos los Legionarios de Cristo juntos), los desgraciados se vuelven más desgraciados y los niños, al fin niños, se divierten de lo lindo.


P.D.: A las luchas fui con un grupo de extranjeros, y un alemán fan de las luchas gringas me dijo que las nuestras eran mucho mejores porque tenían más técnica nuestros luchadores. Me dijo "Nunca vi a Hulk Hogan hacer todo lo que hoy vi que hacía Místico". Cuando menos eso debería de generarnos orgullo.

lunes, octubre 09, 2006

El mundo de Pedro Infante...

Hay veces en las que medito sobre la conveniencia de que nuestro fuera completamente permeado por las películas de Pedro Infante. Sólo imagínenlo, nuestra vida sería maravillosamente simplificada y cualquier problema se resolvería con suma prontitud, imaginémoslo:

- Si tu novi@ te dejara, alguien llegaría y te diría: "A tu edad el corazón es como una esponja, sólo necesita un apretoncito y todo se sale" y así mágicamente dejarías de pensar en él o la susodich@.

-Cualquier problema con tus amigos o tus hermanos los resolverías a golpes, dándose hasta con las macetas (para mayor referencia ver "Los Tres García"), pero eso no intervendría con la amistad, al contrario, la reafirmaría.

-Si estás alegre, te emborrachas. Si estás triste, te emborrachas. Si alguien se muere, te emborrachas. Si alguien nace, te emborrachas. Si vas a ligar, te emborrachas. Si vas a manejar, te emborrachas.

- Si una mujer que ves en la calle te gusta, puedes gritarle un piropo como "AY CHAPARRA!! Si me muero quien te besa!!" y no te abofetearía, probablemente le gustaría y saldría contigo inmediatamente, incluso podrías terminar casado con ella.

-Podrías consumir bombas calóricas como el Pedro Chávez Special y no subir de peso.

-Siempre aparecerían mariachis en los momentos más turbios porque cantando se entiende la gente.

-Podríamos salir con muchas mujeres al mismo tiempo, y si se dan cuenta, no pasa de que se golpeen entre ellas, brndándonos un hermoso espectáculo.

-Y lo más importante, con un par de guamazos cualquiera gritaría: PEPE EL TORO ES INOCENTE!!! Así le podríamos hechar la culpa de todo a alguien más.

¡Qué bonito sería vivir en un mundo así!