viernes, diciembre 07, 2007

La vida despues del Wal-Mart...

Una vez que decides unir tu vida a la de otra persona (en mi caso una mujer, aunque cada quien puede elegir la opción que quiera) tu mundo cambia de una misteriosa y caprichosa forma.


En el noviazgo, todos disfrutamos de envidiables paseos por el parque, desveladas en los antros de moda, rapidines en hoteles de paso (a veces pulgas incluidas), escapadas de fin de semana a playas o cosas por el estilo. Es decir, la vida es una interminable aventura llena de sorpresas impredecibles, la cual uno decide como puede terminar. Sin embago, una vez arrejuntado, todo se modifica de forma increible. Todo aquel espíritu aventurero se ve ensombrecido y cuasi sepultado por una sola causa: el Wal-Mart.


Es decir, la aventura más grande de tu vida se convierte en no perder a tu mujer en el pasillo de los embutidos. Tus eternas luchas serán ahora en contra del carnicero que no quiere darte el pedazo de T-bone que tu quieres. Tus escapadas nocturnas se siguen haciendo, pero ahora a comprar las cosas que descubriste que te hacían falta a media semana.


Ya no más improvisación, ya no más diversión, ya no más atrevimiento. Tu vida se escapa a lo largo de un gran pasillo que contiene todos aquello productos de limpieza que jamás imaginas te comprar. Tu alma muere poco a poco. Maldito Wal-Mart.