sábado, julio 16, 2005

De Terrorista a Metrosexual...

De Terrorista a Metrosexual
¿Qué fue lo que falló?

Constantemente, mientras charlamos sobre temas de actualidad, mis amigos y yo nos hacemos una pregunta que invade nuestras mentes de manera intrusiva y casi como un síntoma de un trastorno obsesivo : ¿qué fue lo que falló?

Todavía recordamos aquellos años mozos en que estudiábamos la preparatoria y fantaseábamos con la idea de ser terroristas consumados, al más puro estilo de Carlos. Incluso habíamos conseguido en una página subversiva de Internet El manual del terrorista, el cual era nuestra lectura cotidiana, casi nuestra Biblia. Soñábamos con terminar con los gobiernos corruptos e instaurar una sociedad igualitaria utópica que sustituyera a la sociedad consumista en la que vivimos. Éramos férreos opositores a la voracidad de las empresas transnacionales que destruían las tradiciones y valores nacionales. Incluso, afirmábamos fehacientemente que nunca tendríamos hijos, después de todo ¿quién querría traer más gente a sufrir a este grotesco e infame mundo?

Diez años han pasado desde aquel entonces, ahora somos profesionistas y empresarios, y sentados alrededor en un lounge alrededor de una mesita en un café, nos volvemos a preguntar: ¿qué fue lo que falló?

Hoy en día hacemos cosas que en otros tiempos nos hubieran parecido inadmisibles por considerarlas triviales y para muestra, un botón.

Todos los días me levanto y voy al gym un par de horas para mantener la línea, por lo cual también tengo que tomar un licuado de proteína (por aquello del aumento de masa muscular), un vaso de jugo con creatina (siempre se necesita más potencia) y un multivitamínico (nadie quiere que en su dieta falte el zinc y el ginseng, ¿o no?). Mi dieta es de estilo Mediterráneo, la más saludable según los médicos (que diferencia con los atracones de tacos de tripa de la antigüedad). Ahora uso al bañarme shampoo y body gel, de la misma marca preferentemente que la loción y el desodorante, ustedes saben, para que los olores no se mezclen y se anulen unos a otros (pensar que antes con el puro desodorante bastaba). Mis lecturas obligadas incluyen revistas para hombre donde me digan como mejorar mi abdomen y como satisfacer mejor a las mujeres al mismo tiempo (¿dónde quedaron Vargas Llosa y Milán Kundera?). Mi atuendo diario es escogido de tal manera que sea cómodo y que me permita estar en cualquier lugar sin verme demasiado formal o demasiado casual (lucir desgarbado, ¡nunca!).

Todos aquellos defensores del American Way of Life creerán que el cambio sucedido ha sido una evolución en nuestra forma de pensar y de vivir; por el contrario, aquellos izquierdistas de corazón pensarán que hemos involucionado a un estado anterior imperfecto de esclavitud consumista. Lo único que yo se es que nosotros nos seguiremos preguntando: ¿qué fue lo que falló?

1 comentario:

f dijo...

nada falló. Tal vez ya desde joven sabías qué querías ser: un yuppie. Ahora que lo conseguiste sólo ya no tienes que soñar con que tu país sea yuppie.