Life goes on o que viva el prozac...

Otro fin de semana más ha pasado y nuevamente he tenido otro recorrido fallido a través de los bares de la ciudad. No se siquiera que es lo que me extraña. Es decir, ya se que invariablemente me cuesta mucho trabajo conseguir una pareja y que tal vez sea porque soy muy quisquilloso, pero no se si solo sea mi percepción pero cada vez es más difícil conseguir una pareja interesante.

Si encuentro a una mujer guapa, resulta ser, en el mejor de los casos, bipolar. Si encuentro a una mujer culta e inteligente, normalmente es poco agradable a la vista. Si encuentro a una mujer divertida, es inevitable que tenga un intelecto similar al de un chimpancè. Si encuentro a una mujer que tiene todas estas características, lo más probable es que le tenga pavor al compromiso y no quiera una relación estable.

Cuando pienso en todas esas parejas juntas, siempre termino pensando en las maravillas que el alcohol puede hacer, haciendo que olvides con quien estas, y si no lo olvidas, cuando menos ya no te importa.

Pero la soledad es preferible a terminar como cualquier otra pareja en que los dos a duras penas se soportan pero estan juntos solo porque les da miedo solos. No me gusta compartir soledades, me gusta compartir mi compañía...